martes, 6 de agosto de 2013

Reforzar el internacionalismo, combatir el reformismo y crear una alternativa revolucionaria en América Latina

PARTIDO COMUNISTA BRASILEÑO (PCB) 


PRONUNCIAMIENTO DEL PCB EN EL ENCUENTRO DEL FORO DE SÃO PAULO (30/07 AL 04/08/2013): EL FUTURO DE AMÉRICA LATINA SE ESTÁ JUGANDO EN COLOMBIA Y EN VENEZUELA 

La ofensiva imperialista en América Latina se recrudeció en la presente década, ante el avance de los procesos heterogéneos de cambios que experimenta nuestra región. Después de la reactivación de la IV Flota y de la instalación de más bases militares en Colombia, el imperialismo, con la complicidad de las oligarquías locales, ha derrocado gobiernos progresistas en Honduras y en Paraguay, a través de "golpes institucionales".

La constitución de la Alianza del Pacífico es parte de esta ofensiva, destinada a debilitar las alianzas regionales progresistas, como el ALBA, la CELAC, la UNASUR. La mafiosa Sociedad Interamericana de Prensa impulsa la campaña contra la democratización y el control social de los medios de comunicación. Denuncias recientes muestran que el espionaje estadounidense en nuestros países es más profundo y descarado de lo que imaginábamos. La arrogancia colonial llega al punto de faltar el respeto a la soberanía boliviana y atentar contra la vida de Evo Morales, emblemático ejemplo de la resistencia de los pueblos originarios.

Además de la necesidad de fortalecer nuestra solidaridad con la Revolución Cubana, los procesos en Bolivia y en Ecuador y la resistencia de los pueblos, la acción de los internacionalistas latinoamericanos deben concentrarse hoy en la lucha de clases que se desarrolla en Colombia y en Venezuela.

El futuro de América Latina se está jugando en esos dos países de pueblos hermanos. La derrota del pueblo venezolano por la oligarquía y el imperialismo impactaría negativamente en la Mesa de Diálogos de La Habana. Del mismo modo, la frustración de esos diálogos, además de debilitar y amenazar el vigoroso y unitario movimiento de masas colombiano, también influiría negativamente en Venezuela. En ambos escenarios, la correlación de fuerzas se volvería desfavorable.

En Venezuela, sigue la ofensiva de la derecha, valiéndose de la desaparición física del Comandante Hugo Chávez y del modesto resultado en la victoria legítima de Nicolás Maduro. La simbiosis entre las cuestiones colombiana y venezolana es tan fuerte que es precisamente en este momento de afirmación de Maduro que Santos recibe al candidato derrotado en Venezuela y amenaza con la integración de Colombia a la OTAN.

Es preciso reforzar nuestra firme solidaridad al presidente Maduro, al Gran Polo Patriótico Simón Bolívar, en especial al Partido Comunista de Venezuela, y al proletariado venezolano, cuyo protagonismo será decisivo para garantizar el desbloqueo del proceso bolivariano y su necesario avance al socialismo.

El éxito de la Mesa de Diálogos de La Habana no es sólo un problema de los colombianos, sino de todos los pueblos de América Latina y del mundo. Para el desarrollo de las luchas populares en nuestro continente, es preciso radicalizar la revolución bolivariana y desmontar el plan imperialista de asignar a Colombia el papel que juega Israel en Oriente Medio.

La oligarquía colombiana quiere una paz de los cementerios, rápida, sin costes, para crear un ambiente favorable al desarrollo capitalista. Intenta desestabilizar a Venezuela para imponer un acuerdo a la baja a la insurgencia. No nos engañemos con el "pacifismo" de la oligarquía y del imperialismo que la dirige. Sólo recurrieron al diálogo porque fracasó su guerra contra la insurgencia, a pesar de todos los inmensos recursos militares y financieros invertidos en el Plan Colombia, de los paramilitares, de las bases estadounidenses, de la asesoría de la CIA y del Mossad.

Ahora los intereses del pueblo colombiano y de las insurgencias, que se funden se fusionan en la mesa de diálogo, son de una solución política con justicia social y económica, consolidada a través de una Asamblea Constituyente soberana, con amplia participación popular.

Hay dos factores decisivos para la viabilidad de los acuerdos. Uno de ellos, sin el cual tal vez el diálogo ni siquiera tendría que haber comenzado, es el avance del mayor movimiento de masas de las últimas décadas en América Latina, plural y unitario, congregando miles de organizaciones políticas y sociales, que tienen en la Marcha Patriótica su mayor expresión.

La segunda es la solidaridad internacional a todas las expresiones políticas y sociales colombianas progresistas y revolucionarias, especialmente la Delegación de las FARC en La Habana. Pero es preciso respetar las decisiones y el tempo del movimiento de masas y de la insurgencia y combatir la ansiedad de los reformistas en presionar a las guerrillas para que se desmilitaricen, con el pretexto de que está obstaculizando la gobernabilidad y la integración latinoamericana. Nuestra presión tiene que ser en el sentido de la ampliación del diálogo y por un necesario alto el fuego bilateral.

[Documento del Comité Central del PCB al Foro de Sao Paulo]

[http://www.unidadyresistencia.net/]

[Traducción de Teodoro Santana]